viernes, 21 de junio de 2013

¿Todavía no lees?

A lo largo de este curso, he tenido el placer de colaborar en el Heraldo Escolar en su versión reciclable en el contenedor azul. Daba contenido a una sección titulada "¿Todavía no lees?" y subtitulada "Eso es que no conoces a..." Por ahí han desfilado, entre otros, Roald Dahl, Michael Ende, la editorial Océano, los sinPretensiones, Gabriela Keselman, Ekaré...
Me pidieron un especial para las vacaciones de verano y me salió un planazo en cinco pasos. Lo comparto, por si quieren apuntarse. Allá va:

¿Sabes lo que dicen muchos mayores cuando llega el verano? “¡Por fin voy a tener tiempo de leer!”. Míralos, con sus libros sobre las toallas, aplastando moscas con los de tapa dura, abanicándose con los de tapa blanda… Fíjate en la playa. ¿Has visto qué libros más gordos leen los extranjeros? Tú no querrás ser menos, ¿verdad? Te proponemos un planazo lector:
1. ¿Has sacado buenas notas? ¡Enhorabuena! Ahora pide a tus padres que te regalen un libro por tus buenas notas. ¿Has sacado no muy buenas notas? No te preocupes. Lo bueno de pedir un libro es que casi ningún padre se niega. Tú di que leer te ayudará a sacar mejores notas. Es verdad, y todos los padres quieren que sus hijos lean. Ve a una librería y ojea los libros que hay sobre las mesas. Fíjate en el título, lee la parte de atrás, luego hojea con hache, que es pasar las hojas para ver qué tal es el libro por dentro. Mira también los libros que hay en las estanterías. Pregunta al librero si te recomienda alguno en especial. Cuando tus padres te metan prisa para que te decidas, recuérdales lo paciente que has sido tú cuando ellos andaban probándose zapatos y sugiéreles que se vayan a buscar un libro para ellos. En la primera página del libro escribe: “Este libro lo elegí para celebrar que había terminado…” y el curso que has acabado. Será un recuerdo que podrás conservar para siempre.
2. Ya, que un libro es poco para todo el verano. ¡Desde luego! Pide a tus dos mejores amigos que te dejen un libro prestado para el verano. A cambio, escríbeles una postal chula. No seas rata, y presta tú también dos libros. ¡Y no olvides devolver los libros prestados a la vuelta! Así, a lo tonto, ya llevas tres libros.
3. Si vas a estar unos días en el mismo sitio (la playa, el pueblo…), investiga dónde está la biblioteca más cercana. Sácate el carné. Es gratis y se hace en un momento. De golpe y porrazo, ¡ya has conseguido cientos de libros más que leer!
4. Aprovecha para leer lo que te dé la gana. Y si llevas más de 15 páginas de un libro y no te gusta nada, coge otro. Si te han obligado a hacer un cuaderno de vacaciones, léelo poco a poco, y piensa que fue escrito con mucho cariño. De hecho, si te han mandado los cuadernos de Supervacaciones del Capitán Cucurucho o los de Los Croqueto, agentes secretos, me estarás leyendo a mí. ¡Esos cuentos los he escrito yo! Y no pensé en torturarte al hacerlo, sino todo lo contrario.
5. No leas solo libros. Lee las estrellas, los mapas, los libros de recetas, los wasaps, las huellas que quedan en los caminos, las instrucciones de la crema solar, el periódico, las banderas de la playa, lee en los ojos las cosas que uno no se atreve a decir, lee los cientos de cosas que contienen estos puntos suspensivos… Y disfruta leyendo.

En la imagen: yo, camino a la playa, con mis lecturitas. Sí, leer es una gozada, pero acarrear libros no electrónicos te hace poner morritos así, por no hablar de la espalda.

7 comentarios:

Matt dijo...

Hay un problema con lo de sacar buenas notas y pedir un libro de regalo: hay padres que no te hacen esos regalos porque "sacar buenas notas es tu obligación". Yo tengo de esos padres. Tienen su parte de razón, y aunque hacía pupa oírlo, yo como niño bueno no me quejaba. Pero también es verdad que no se niegan a regalarte un libro (bueno, no cuando tenía 12 años, ahora que tengo casi 20 y más libros en las estanterías por leer que leídos, pues un poquito sí).

Sobre Los Croqueto, a lo mejor me lo compro y lo hago, que yo ya sé que cualquier cosa que hagas relacionada, del modo que sea, con las croquetas tiene que ser puro ORO *patapám-chís*.

¡Saludos!

Begoña R. dijo...

¡Qué planazo, Begoña! (con tu permiso, esto lo reproduzco en un blog que yo me sé junto a una reseña que tú ya sabes ;)).

El punto 5 me parece ma-ra-vi-llo-so...

Abrazos.

José Manuel Valle dijo...

Qué grande eres, Begoña.

Feliz verano a todos :)

Cristina dijo...

Qué simpático te ha quedado, ojalá sirva para que los niños se animen a leer. Yo recuerdo que para mí las vacaciones eran un buen momento, entre otras cosas porque tenía mucho más tiempo para leer. Mi madre se acabó arrepintiendo de haberme dicho que nunca me negaría dinero para un libro, eso sí.

Ssil dijo...

¡Precioso!

La Oro dijo...

Matt: Mmm, ¿pero qué hace un niño bueno sacando malas notas? ;-P Sobre los Croqueto, agentes secretos, ¡no te fíes! Están hechos de otros ingredientes: 50% humor, 49,5% aventura y solo 0,5% drama.
Ah, y creo que tus padres tienen que hablar con los de Rusta.
Begoña R.: menos modestia, guapa. Si tú no presumes de tu blog, lo haré yo por ti:
José Manuel: En realidad, esmirridilla. ¡Pero gracias! Feliz verano.
Rusta: ¡Ojalá! Bah, seguro que en el fondo, muy en el fondo, tu madre está encantada.
Ssil: ¡Gracias!

Mara Oliver dijo...

:)
los libros del verano, míticos como la canción del verano, ains que recuerdos.
(Croquetos y Cucurucho, mmm... apuntado :D ).
Un superabrazo!!!!