viernes, 25 de mayo de 2012

Los desvíos de la recta moral

Tengo poquitos principios porque es muy duro luego ser fiel a ellos y si voceas por ahí bien alto, por ejemplo, lo malo que es el azúcar es fácil que te sorprendan en algún momento comiendo a hurtadillas una trufa. Y aunque no te sorprendan, tú ya sabes que lo has hecho. Es imposible esconderse de las propias incoherencias.
Por eso rara vez me atrevo a afirmar algo con demasiada vehemencia, no sea que luego vaya a cambiar de opinión o encontrarme a mí misma comiendo trufas. (Posiblemente este sea el mejor enlace que he puesto jamás en este blog).
Pero algunas cosas ya defiendo, claro.
Sobre mi profesión, por ejemplo, porque soy una profesional de la literatura infantil y juvenil. Siempre he defendido la excelencia que requiere esta profesión y me he quejado de esos bienintencionados que preguntan: "¿pero cuándo vas a escribir algo en serio?", siendo "en serio", "para adultos", como si los niños y los jóvenes no se merecieran toda la seriedad del mundo, como si lo que hicieras fuera algo de segunda y debieras aspirar al olimpo de la literatura para adultos.
Pero el otro día me pillé comiendo trufas. Qué vergüenza.
Tenía tan mala conciencia que he sentido la necesidad de confesarme. La confesión completa, absolución incluida, la pueden encontrar en El tiramilla, aquí.
Gracias por dejarme el confesionario, tiramillotes.
En la imagen, de Lewis Hine, una incoherencia peor que comer trufas.

5 comentarios:

Mara Oliver dijo...

Qué linda la música del enlace, jejeje :)
y qué lindo el artículo, ya lo retuiteé ;) jejeje

Es una pena que algunos se tomen la literatura infantil y juvenil a la ligera, cuando la lijera no es un fenómeno de segunda división.
Solo hay que echar un vistazo a los centros comerciales, la primera fila es para adultos y también un par de filas más, luego este pequeño fenómeno se come el resto de las filas, no sé si será por eso por lo que ahora hasta los autores "serios" quieren arbitrar ;) con los chavales.

besotes!!

Alba Úriz Malón dijo...

Ya me has dado hambre. ¡La web de trufas viene hasta con musiquita!

La Oro dijo...

Mara, Alba, la música está bien, pero las trufas... ¡Oh, esas trufas! Cómo deseo que algún día las probéis. Os las llevaría el viernes yo misma pero Bilbao me cae un poco lejos ahora mismo que si no...
¡Besos y gracias!

Anónimo dijo...

Mi hermana dice que los escritores juveniles son escritores frustrados y fracasado que nunca conseguirán o no saben escribir literatura para adultos.
Sinceramente, yo no la creo.
Y en ti, tus libros y todo lo que escribes está la prueba.

Anónimo dijo...

Perdona, pero se me olvido decirte mi nombre. Soy Candela... nos conocemos, pero no sé si me recuerdas.